MUCHO, Museo del Chocolate, mundo chocolate


El mundo chocolate es un museo de la Fundación Mucho AC, en una casa de la colonia Juárez, en Cuauhtémoc. Frente tiene un campamento que aparentemente es de personas que quedaron afectadas por el sismo del 19 de septiembre pasado, es un contraste imposible de ignorar y donde se aprecia la indiferencia de quienes viven en esa zona, disímil de la realidad de muchos más mexicanos.

Al entrar al museo, el personal me enseñó cómo son las vainas del árbol de cacao, que cuando está fresco parece una papaya más delgada y pequeña, y dentro tiene una suerte de semillas cubiertas con una fibra blanca, agria y que, al secarse y tostarse, se le quita la cáscara y el interior, de color oscuro es lo que se utiliza.

Dentro del museo, que está en la planta alta de la casa hay varias habitaciones donde se cuenta la historia del chocolate, se tiene registro de que, desde los tiempos de los Olmecas, ya se consumía, se molía el cacao tostado en metate para hacer polvo de éste y se combinaba con chiles y se preparaba con agua, batido hasta que hiciera espuma, que era lo que más gustaba del brebaje. En el mundo Maya, este no solo era una delicia, sino también una bebida ceremonial. Para los habitantes de la actual capital mexicana, pero del siglo XVI, era más aceptado tomar chocolate que pulque, porque no contenía alcohol, y también usaron el cacao como moneda de cambio, Durante la invasión de Cortés se daba a los soldados extranjeros pues les proveía suficiente energía, En la colonia, era tal el gusto de las monjas que las autoridades clericales decidieron imponer excomunión a quien abusara de esta bebida.

También hay en la colección, diferentes piezas de utensilios para el consumo del chocolate, patentes de maquinaria para su fabricación, entre otras cosas y en otra sala está un contenedor donde hay cocoa que pude tocar para sentir su textura, enterré la mano y hasta jugué un poco con ella, también hay un pequeño muro hecho con ladrillos de chocolate, del que se ven marcas de dientes de algunos curiosos, y en la pieza de junto se encuentran probablemente miles de tablillas de chocolate forrando las paredes, igual más adelante hay un pabellón con una especie de adivinanza con esencias que acompañaban al chocolate en las bebidas, de las que pude identificar el anís, menta, plátano, canela, naranja, almendra y vainilla. Abajo hay una tienda con algunos productos hechos el taller de chocolatería


Es sin duda un lugar muy interesante para conocer, pequeño pero suficiente para retomar el cariño por el chocolate y sacudir de la cotidianeidad a nuestros sentidos. Somos el paladar heredero de la cultura que hace unos 3000 años encontró esta aventura gustativa: los Olmecas.






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